lunes, 13 de julio de 2009

CAPÍTULO 8: DE ESTA NO TE ESCAPAS (9ª parte)

El campo estaba claramente dividido en dos mitades, en una dominaba el color azul de Nidelty, y en la otra, el verde de Cleaverly. En el sorteo le tocó a Nidelty el lado izquierdo del campo, y tras colocarse en sus posiciones, el profesor Butler, que actuaba de árbitro, hizo sonar el silbato para dar comienzo el partido.

Mya y Edna salieron disparadas a por la snitch dorada y James le pasaba la quaffle a Roger y Vera para que Noah Cathain y Ullysse Weins, los golpeadores de Cleaverly, lo tuviesen más difícil, pero cuando Vera tenía la pelota en las manos sintió cómo una bludger le golpeaba la espalda y la quaffle se le cayó de las manos. Roger se acercó inmediatamente y después de comprobar que solo estaba malhumorada se elevó para cortarle el paso a los cazadores de Cleaverly. Logró quitarles la quaffle y se la lanzó a James, que estaba más adelantado, de modo que éste marcó gol.

No les dio tiempo a celebrar el primer gol porque se habían percatado que Mya se había lanzado a gran velocidad a la derecha del campo. Todos sabían que cuando hacía eso era porque había visto la snitch, y Oliver respiró aliviado. El partido continuó, era muy reñido y la pelota pasaba de unos a otros sin que nadie lograra marcar ningún gol.

De repente, el profesor Butler pitó, eso sólo podía significar que alguna de las buscadoras había encontrado la snitch. Mya alzaba la mano derecha con la snitch en ella.

- ¡Genial Mya! – gritaba Oliver mientras se dirigía a su compañera.

- ¡Viva Mya! – gritó James acompañado de Roger y Vera.

- ¡Impresionante! ¡eres la mejor! – alardeaban Mike y Tom.

El color azul se apoderó de todas las banderas del capo de Quidditch en señal de su victoria. Ya en los vestuarios, la euforia se desató.

- ¡Chicos sois grandes! – gritaba un Oliver emocionado abrazándolos a todos por la emoción de la victoria.

- ¡Mya, Mya! – coreaba todo el equipo mientras Mya se ponía colorada.

- ¡Te quiero Mya! – le gritó Roger mientras esquivaba un golpe que le dirigía ésta a su oreja izquierda – por cierto Vera, ¿qué tal tu espalda?

- Mejor – pero se movió algo dolorida – pero aún duele.

James se acercó a ella y la abrazó.

- Ahora ya eres toda una jugadora hermanita, no hay jugador que se precie que no haya sido golpeado por una bludger – y salieron de los vestuarios dispuestos a celebrarlo a lo grande.

2 comentarios:

Manuel dijo...

Esto tiene pinta de terminar en una fiesta entre hermandades... y hablando de fiestas, no os he hecho ninguna, os he regado las plantas, subido y bajado las persianas, ventilado las habitaciones, regado el césped, quitado las telarañas, puesto el lavavajillas, barrido la alfombra, limpiado la piscina y el jacuzzi, alimentado a todo ese zoológico de bichejos mágicos que tenéis, y rellenado la nevera... o puede que igual no.
:D

Gema dijo...

Vaya chico mas trabajador... Asi se pueden ir de vacas sin preocupaciones¡¡¡¡!!!!!
Ahora a descansar despues de un partido tan agotador...