Viernes
07:00 de la mañana
Una niebla densa y húmeda inundaba el Bosque de los Avatares desde que Harry murió a manos de Hachan La Vey. Aun así Nadine Hardis no interrumpió su rutina de salir a correr al amanecer. Ataviada con ropa deportiva decidió añadir a su vestuario un gorro de lana escocesa, orejeras y la bufanda más calentita que encontró en el armario.
Ese día Edward decidió acompañarla, llevaba haciéndolo desde que la descubrió, a comienzo del curso, aunque algunas veces, se quedaba escondido en los árboles, observándola. Ese día, la interceptó justo a la salida del Colegio.
- Buenos días, mi bella atleta
- Buenos días…
- Puedo acompañarla en su carrera matinal?, seria un placer…
- Vale, pero…mmm...
- Pero?
- Nada…ya lo sabrás – terminó diciendo con una sonrisa picara.
A pesar de la niebla estuvieron corriendo durante media hora, Edward tenía una visión extraordinaria y guiaba a Nadine mientras sorteaban árboles y maleza. Llegaron a un claro de flores secas y aplastadas, había restos de una hoguera recién apagada, algo de leña esparcida y restos de huesos irreconocibles apilados junto a la irregular entrada a una cueva. Quienes fueran sus habitantes no estaban en ese momento pero hacia muy poco que acababan de salir. Aun se podía sentir el calor emanando de la cueva.
- Lobos… - dijo Edward olfateando la cueva mientras entraban con sigilo a inspeccionar.
- Lobos?...
- Oh…ahm… - dijo Nadine despreocupada. Se sentía segura con Edward estuviera en la boca del lobo o en el Abismo de Darkerin.
- Quizás debería rastrearlos por si son una amenaza mayor o simplemente lobos nómadas de paso en la comarca.
- Y tiene que ser ahora?... – dijo con voz picara ignorando, a propósito, el casi evidente peligro que podría suponer aquel descubrimiento.
Edward la miró contrariado observando atónito y agradablemente sorprendido como Nadine cada vez estaba mas cerca de su piel, sonriendo por debajo y desabrochando la sudadera de su recién estrenado amante bandido.
- Nadine…pretendes que, que …a-a-aquí… - empezó a tartamudear - ¿te pone especialmente contenta el peligro?
- Mmmm… mas bien lo desconocido – le contestó mientras su mano se deslizada dentro del pantalón de Edward haciéndole gemir de placer – la incertidumbre …
- Aha… mmmm…
- El miedo a que nos puedan pillar – Nadine seguía besándole por el cuello, mordiendo su oreja, susurrándole …
Al cabo de un rato, mientras comenzaban a vestirse escucharon aullidos cercanos, la manada de lobos extranjeros regresaban a su cueva. Edward y Nadine terminaron rápido de vestirse y corrieron hacia el Colegio.
Quedaban menos de cinco minutos para la primera clase del día, Metamorfosis Corporal con Madeleine Cope.
2 comentarios:
Estas chicas con bastante "picaras"...
ya te digo... :)
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