Cuando llegaron a Broke Hills no había nadie en las calles, la gente corriente no se atrevía a aventurarse en la oscuridad desde que Saumort había dado señales de seguir existiendo.
- Aquí es – confirmó Alan.
El grupo se había parado frente a una casa de dos plantas y de aspecto abandonado.
- ¿Cuánto tiempo hace que no viene nadie por aquí? – preguntó James.
- ¿Seguro que es aquí? – dudó Bridget.
- Esta casa no parece infranqueable –comentó Oliver – no me creo que nadie haya intentado entrar para robar.
- Yo diría que nadie ha tenido valor suficiente para traspasar la puerta – susurró Nadine refugiándose en Edward.
- ¿Habéis acabado ya? –preguntó Alan con impaciencia.
- Baja esos humos – sugirió Vera con un gesto.
Bridget tenía la carne de gallina. Sabía que alguien, o algo, los observaba.
- Entremos – dijo finalmente Alan mientras traspasaba la puerta.
Cuando accedieron al interior de la casa, Briget comenzó a subir las escaleras.
- Akane dijo que los objetos están en la planta baja – susurró Nadine - ¿adónde vas?
- Arriba también hay algo.
- Será mejor que bajes – dijo Vera -, nos estás asustando a todos.
En cuanto Bridget llegó al lado de Vera la calma aparente se rompió. Un viento frío comenzó a correr por las dependencias provocando violentos portazos. Nadine giraba cada vez que oía un golpe y Edward la detuvo cogiéndola de un brazo para después abrazarla por detrás y apretarla contra él.
- No te dejes llevar por el miedo. Eso es lo que pretende el fantasma.
La ráfaga de viento era cada vez mayor y, en la planta de arriba, comenzaron a oírse gritos, eso hizo que Bridget subiera las escaleras y, sin que Oliver o James pudieran impedirlo, Vera fue detrás, por lo que salieron corriendo detrás de ellas.
- Aquí es – confirmó Alan.
El grupo se había parado frente a una casa de dos plantas y de aspecto abandonado.
- ¿Cuánto tiempo hace que no viene nadie por aquí? – preguntó James.
- ¿Seguro que es aquí? – dudó Bridget.
- Esta casa no parece infranqueable –comentó Oliver – no me creo que nadie haya intentado entrar para robar.
- Yo diría que nadie ha tenido valor suficiente para traspasar la puerta – susurró Nadine refugiándose en Edward.
- ¿Habéis acabado ya? –preguntó Alan con impaciencia.
- Baja esos humos – sugirió Vera con un gesto.
Bridget tenía la carne de gallina. Sabía que alguien, o algo, los observaba.
- Entremos – dijo finalmente Alan mientras traspasaba la puerta.
Cuando accedieron al interior de la casa, Briget comenzó a subir las escaleras.
- Akane dijo que los objetos están en la planta baja – susurró Nadine - ¿adónde vas?
- Arriba también hay algo.
- Será mejor que bajes – dijo Vera -, nos estás asustando a todos.
En cuanto Bridget llegó al lado de Vera la calma aparente se rompió. Un viento frío comenzó a correr por las dependencias provocando violentos portazos. Nadine giraba cada vez que oía un golpe y Edward la detuvo cogiéndola de un brazo para después abrazarla por detrás y apretarla contra él.
- No te dejes llevar por el miedo. Eso es lo que pretende el fantasma.
La ráfaga de viento era cada vez mayor y, en la planta de arriba, comenzaron a oírse gritos, eso hizo que Bridget subiera las escaleras y, sin que Oliver o James pudieran impedirlo, Vera fue detrás, por lo que salieron corriendo detrás de ellas.
2 comentarios:
Que encontraremos arriba???¿¿¿
a por el fantasmaaaa... jaja
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