- ¡Alan! ¿Me escuchas? – intentaba comunicarse Akane - ¡Alan! Responde de una vez.
- ¿Akane?
- Sí, Alan soy yo – dijo Akane con alivio - ¡Ayúdame!
- ¿Pero cómo? – preguntaba Alan.
- Necesito que coloquéis la piedra y la espada al lado de mi cuerpo…al lado de donde se supone que está…ya sabes en tu dimensión…
- ¿Se puede saber exactamente dónde? Te recuerdo que no te veo – contestó exasperado.
Akane suspiró con tanta fuerza, por la impotencia que le creaba la situación, que logró que el aire rozara la mejilla de Alan.
- Vale, vale, ya sé dónde estás.
- Debéis hacerlo rápido – apremió Akane -. Aquí las cosas se están poniendo color de hormiga.
- Si, lo he entendido – sentenció Alan -. Tranquila.
- ¡Tranquila! ¿cómo esperas que esté tranquila?
Alan hizo una mueca porque la pregunta le dejó un zumbido en los oídos. Cuando el zumbido paró, ya no era capaz de escuchar a Akane.
- ¿Alan? ¿Alan? ¿estás bien? – preguntaron Nadine y Bridget.
- Dejadle que tome aire – sugirió Vera.
- Estoy bien tranquilos – aclaró Alan.
- ¿Qué ha pasado? – inquirió Bridget - ¿Qué te ha dicho?
- Sí eso, ¿qué te ha dicho? – corearon el resto de los presentes.
- Necesitamos dejar aquí la piedra y la espada y recitar de nuevo el conjuro Portus Morti.
- ¿Pero dónde? – preguntó Vera mirando en todas direcciones.
- Pues a mi derecha – y acto seguido Alan se agachó y dejó los objetos -. Ya está. Recitemos de nuevo el conjuro.
- ¿Akane?
- Sí, Alan soy yo – dijo Akane con alivio - ¡Ayúdame!
- ¿Pero cómo? – preguntaba Alan.
- Necesito que coloquéis la piedra y la espada al lado de mi cuerpo…al lado de donde se supone que está…ya sabes en tu dimensión…
- ¿Se puede saber exactamente dónde? Te recuerdo que no te veo – contestó exasperado.
Akane suspiró con tanta fuerza, por la impotencia que le creaba la situación, que logró que el aire rozara la mejilla de Alan.
- Vale, vale, ya sé dónde estás.
- Debéis hacerlo rápido – apremió Akane -. Aquí las cosas se están poniendo color de hormiga.
- Si, lo he entendido – sentenció Alan -. Tranquila.
- ¡Tranquila! ¿cómo esperas que esté tranquila?
Alan hizo una mueca porque la pregunta le dejó un zumbido en los oídos. Cuando el zumbido paró, ya no era capaz de escuchar a Akane.
- ¿Alan? ¿Alan? ¿estás bien? – preguntaron Nadine y Bridget.
- Dejadle que tome aire – sugirió Vera.
- Estoy bien tranquilos – aclaró Alan.
- ¿Qué ha pasado? – inquirió Bridget - ¿Qué te ha dicho?
- Sí eso, ¿qué te ha dicho? – corearon el resto de los presentes.
- Necesitamos dejar aquí la piedra y la espada y recitar de nuevo el conjuro Portus Morti.
- ¿Pero dónde? – preguntó Vera mirando en todas direcciones.
- Pues a mi derecha – y acto seguido Alan se agachó y dejó los objetos -. Ya está. Recitemos de nuevo el conjuro.
Mágicas fuerzas blancas y negras
Atravesando el espacio y la luz
Esté lejos o esté cerca
Los cinco juntos, estando solos, ordenamos
A lo invisible que se nos muestre.
Atravesando el espacio y la luz
Esté lejos o esté cerca
Los cinco juntos, estando solos, ordenamos
A lo invisible que se nos muestre.
2 comentarios:
Vamos¡¡¡!!!!! Vuelve ya, que me estoy empezando a desesperar...
aparecera... no aparecera? esperaremos a un nuevo capitulo de Faldon... :D
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