miércoles, 11 de noviembre de 2009

CAPITULO 13: PROTECCION Y DEFENSA (8ª parte)


- Hola Harry – saludó Bridget alegremente.

Harry se apartó cuando ella se acercó para besarlo. Lo miró confusa, pues por regla general nunca se había retirado.

- ¿Por qué no vamos fuera? – sugirió mientras le ponía la mano bajo el mentón para que le mirase a los ojos.

- ¿Dónde? – preguntó aún confusa.

- Orbitemos fuera del colegio.

- No puedo alejarme de aquí.

- Vayamos a Broke Hills, al Potro.

- De acuerdo – contestó – pero volvamos pronto.

Cuando se aparecieron en Broke Hills a Bridget no se le había quitado el nerviosismo, sabía que hacer acto de presencia en el Potro no era muy buena idea, pero como nadie los había seguido desde el colegio decidió tranquilizarse.

El Potro Trotador era grande, pero esa noche, había suficientes personas para hacerlo claustrofóbico y Bridget no pudo evitar sentirse satisfecha porque entre tanta gente sería difícil reconocerla. Harry pasaba trabajosamente a través de un mar de cuerpos. “Se te ve comestible” pensó Bridget de Harry “como siempre”.

Bill Danag había decidido hacía unos años que Broke Hills necesitaba un tugurio alternativo para beber, una especie de sueño gótico. Algunos lugareños se habían quejado, pero en general, la gente lo adoraba. Bill parecía que había sido diseñado para el lugar, y eso aportaba mucho al negocio, sobre todo en cuestión de visitas femeninas.

- Seguro que Bill tiene muchas proposiciones para no pasar las noches solo – le dijo Bridget a Harry.

- No le faltan – le contestó algo molesto -, pero nunca le he visto irse con ninguna. Bill – lo llamó - ¿tienes un minuto?.

Bridget no creyó que Bill oyese a Harry, pero asintió con la cabeza. Se abrió paso a la fuerza entre la multitud y se ganó la mirada maliciosa de un brujo con rastas jamaicanas. Se abrieron paso hasta la trastienda porque allí se estaba mas tranquilo.

- ¿Qué hacéis aquí? – preguntó Bill mirando a Bridget inquisitivamente. Bridget dio un paso atrás.

- Eso no importa, tengo que decirte algo importante. Hay algunas cosas serias que van a ocurrir pronto. Han venido unos amigos de México a ayudarnos.

- Ya los he visto – asintió Bill sin dejar de mirar a Bridget.

- He quedado con ellos aquí ¿te importa?

- No.

De repente, una mano cogió fuertemente a Bridget. Antes de que pudiese averiguar quién la agarraba tuvo una sensación poco familiar pero inoportuna avanzando lentamente. El bochornoso aire nocturno fue repentinamente reemplazado por algo más frío, más oscuro y mucho menos amistoso que Bill Danag. Sintió un temblor que le recorría la columna vertebral.

- ¡Maldición! – gritó Bill al tiempo que arrastraba a Bridget detrás de él.

Bridget se dio cuenta que aquello no ayudaría mucho. Si Hachan había enviado a sus esbirros necesitarían mucha protección.

- Estos no van a entrar en el Potro - gritó Bill y al mismo tiempo se giró para comprobar si Bridget estaba bien -. No debiste haberla traído.

De repente aparecieron varios seres que se movían rápidamente, tanto que parecía que se deshacían con el viento. Cuando Bridget intentó entrar de nuevo en el Potro vio como el cerrojo de la puerta se cerraba y era completamente imposible abrirlo, entonces, cinco enormes pálidos se precipitaron sobre ellos.

Por un momento todos clavaron los ojos los unos en los otros. El tamaño era irrelevante en el mundo mágico, pero Hachan creía que si eran grandes intimidarían más. Surtió efecto en Bridget porque se sentía intimidada, se preguntó si viviría el tiempo suficiente para tener pesadillas con aquella noche.

1 comentario:

Gema dijo...

Pero que tienen estas chicas, que todo al mundo anda tras ellas??¿¿¿